lunes, 15 de noviembre de 2010

ACTUALIZACIÓN I. Debacle ibicenca

Son muchas las cosas que me han ocurrido desde la última entrada personal. Por falta de tiempo, cansancio, desidia, he dejado pasar muchos días perdiendo seguramente buena parte de los posibles lectores de este humilde espacio cibernético.

Intentaremos ir por partes. Lo primero que me gustaría plasmar en este post es las vivencias ibicencas. Como muchos sabéis, el último fin de semana de octubre tenía lugar el Campeonato de España de Triatlón de Larga Distancia. Era una fecha inusual. Más bien inédita para una prueba de esta exigencia.


La temporada de triatlón cada vez empieza antes, y prolongar la capacidad mental hasta, como quien dice, el invierno, es muy complicado. Fruto de este handicap, la inscripción a la prueba ya no fue la esperada por los organizadores, con Juanjo Serra (mis felicitaciones como organizador 'diez' tras tantos años al pie del cañón), y muchos de los especialistas nacionales, tiraron la toalla antes de tiempo. Yo mismo, ya estaba en el mes de abril corriendo el triatlón B de Banyoles... y siete meses después, había que estar 'fresco' y motivado al máximo ante tan importante cita.

El C.N.Prat era el campeón vigente de la especialidad, y me sentí obligado a hacer todo lo que estuviese en mi mano para luchar por revalidar semejante honor. Era un reto difícil de antemano, lo sabíamos, principalmente por la fecha. En el equipo cuento con compañeros con un potencial enorme para afrontar con ciertas garantías una carrera de estas características, pero en la recta final del verano, las cosas no pintaban demasiado bien.

Haciendo un barrido de los 'candidatos' a presentar batalla en Ibiza, ya se podía uno hacer una idea de lo que podría suceder, pero a cabezón y pretencioso, me ganan pocos:

- Dani Fernandez Ledesma: Tercero en el Campeonato de España absoluto 2009 L.D élite, y ganador del Ironcat 2010. A priori uno de los pilares del equipo para Ibiza, pero su complicada vida profesional le habían dejado sin capacidad de entrenamiento con garantías, sin lo cual, no tenía sentido plantearse la participación.

- Richard Calle: 6º absoluto élite en el europeo de la misma distancia que Ibiza y campeón de su grupo de edad en el IM de ZUrich. Todo ello este mismo verano. Otro pilar básico del equipo. Pues una lesión derivada de la caña del mes de julio lo aparta del asfalto hasta mediados de septiembre. Va muy falto de entrenamiento, tanto en volumen como en calidad, y la mente no funciona igual cuando sabes que no estás al 100%.

- Sergio García: revelación 2009 en larga distancia nacional llevándose el ránking nacional del año, y haciendo 5º absoluto en Vitoria 2009. Otro valor seguro. Nuevamente se complicaba el potencial tras su decisión en el mes de abril del mismo año de dejar la larga distancia de forma indefinida. Nunca llegó a mentalizarse al 100% según mi opinión de lo que iba a suponer Ibiza, y sus volúmenes globales no se acercaron a lo que había sido el año anterior, pese a que durante la última fase de la temporada había rendido a muy alto nivel en corta distancia.

- Carlos Lopez: Con un nivel físico francamente envidiable, era para varios de nosotros el más fuerte del equipo con diferencia. Llegó al IM de Zurich con estado de forma similar al de Richard, pero las cosas no salieron como esperaba y no pudo acabar la prueba. Mal síntoma de cara a un triatlón tan complicado como el que se avecinaba en Ibiza.

- Julio Cardo: Su objetivo 2010 era Hawaii, y el gran potencial físico que le caracteriza, se había volcado en la planificación, cumpliendo casi a rajatabla lo establecido. Dos intentos en IM oficiales, y dos desesperanzadores resultados. En el primero, caída ciclista cuando ocupaba las primeras plazas de su grupo y llegaba a la T2, y en el segundo, sus problemas con los cartílagos en la rodilla lo anularon en los últimos 30 kms perdiendo toda opción. La fuerza física la tenía, el entreno, también, la fuerza mental, no le faltaba, pero la salut lo dejó fuera de las quinielas para Ibiza.

Hasta ahí, un poker de ases truncado. Apuntalando el equipo, tuve la visión de tantear al gran Xavi Bellón, un diamante en bruto que tan solo le falta conocerse más en larga distancia y confiar más en su calidad para dar una gran campanada. Ya sorprendió a más de uno (a mi no) en el durísimo doble olímpico (y más...) de Balaguer. Le cuesta confiar también en su preparación física previa, pero poco a poco creo que se conocerá mejor y nos dará más de una alegría.

Otro tanteo fallido fue el de Albert Reig, una joya triatlética polivalente total, que estoy convencido que está capacitado para hacer top10 nacional élite como mínimo cuando se lo proponga y su profesión-familia se lo facilite... Dichos contratiempos le obligaron a olvidarse del reto pese a tener plaza élite tras su actuación en Arinaga 2010.

Y después de todos ellos, estaba yo, un tipo rústico que sustituye calidad física por empeño, ilusión y capacidad de sufrimiento en el tiempo, que no en la intensidad. Llevo años en esto de la larga distancia y he tenido mis momentos de gloria personal. Se que no podría ser yo quien diera el triunfo o el puesto de honor al club, pero sabía que según se terciara la historia, podría aportar mis cualidades en ese apuntalamiento de resultados, con lo que yo me quedaría más satisfecho que nadie.

Me volqué en la organización logística de la expedición y en convencer a la comisión de triatlón del equipo de lo conveniente del desplazamiento en bloque y las cosas salieron mal. Esto es deporte y no matemáticas. Puedes tener una prueba ganada y perderla estrepitosamente en un abrir y cerrar de ojos. Y si a ello le sumas que dos potencias nacionales como Lagunak y Fluvial de Lugo se arman hasta los dientes para ponernos muy difícil el reto, las cosas se hacen muy cuesta arriba.


El día amaneció con malos presagios, con un fortísimo viento, frío y agua. La combinación que más pueda odiar personalmente. Lo cierto es que estoy de mala racha. En mi única participación en el IM de Lanzarote, me tocó uno de los dos años de más viento de la historia de la carrera, en el Ironcat de este año, tres cuartos de lo mismo. En Roth 2000 y 2008, lluvia toda la carrera al borde de la hipotermia. Soy un triatleta muy malo en bici y sensible al frío más que la media, y solo hay que seguir mis resultados en esas condiciones.


El mar también andaba revuelto y modificaron sentido y número de vueltas para contrarestar un poco las dificultades. Así pues, nadar no fue muy agradecido. Y lo que vino después, peor. Me tocó un día malo físicamente. Seguramente quedé mermado tras la última semana, en la que tuve un fin de semana demoledor en la organización de la Carrera Vertical de Valencia, y la semana fue de estres total cerrando mil temas que iban a quedar truncados en mi desplazamiento de cuatro días a Ibiza teniendo que viajar con mi hijo de 3 años y yo con lo que ello conlleva.

Después de exponer mis excusas, reconocer que mi rendimiento sobre la bicicleta es para ponerse a llorar con el penúltimo peor parcial del grupo élite (y quien sabe si el que gané tubo algún pinchazo o peor...). Era un trazado duro. Nada de llano. O subida o bajada, con mucho viento, terreno mojado peligroso, llevando ruedas aero que multiplicaban el peligro con la pista de carbono que no frena nada fino... en fin, un drama.


Y la carrera a pie... allí donde creía estar mejor, con más potencial de maquillar desajustes previos, con buenos entrenamientos previos. Pues nada. Aparición del dolor del neuroma, con menos intensidad que otras ocasiones, pero machacando el cerebro. Salí a correr cuando me doblaba el lider de la carrera. Decidí seguir su ritmo y lo conseguí durante un buen rato, hasta que ví a Richard parado estirando el isquio... Ya era el segundo en poner fin a su participación en Ibiza y pasaba a ocupar el tercer lugar del equipo. Tal responsabilidad me hizo ser un poco más conservador para administrar de la forma más rentable posible mis fuerzas. Debía hacer la primera vuelta a modo de reconocimiento personal y del trazado. Iba recuperando terreno a mis dos compañeros y a un buen número de contrincantes, pero no me encontraba tampoco en un buen momento. Cuando ví que Carlos se desinflaba, mi mente dejó de ayudarme a aguantar el dolor, cansancio y falta de rendimiento del día. Cuando lo vi abandonar, ya fue definitivo. No tenía sentido para mi seguir sufriendo a ese nivel en la última vuelta de 7.5 kms y el bajón fue evidente.

Cruzé la linea de meta muy tocado moralmente. MI rendimiento personal había sido de los peores en una prometedora carrera en la que creí que yo no pagaría la factura de las fechas y al final la pagué más que la mayoría de contrincantes. 7 horas 26 mintos; el peor tiempo en distancia C de los nueve que he realizado, entre ellos dos veces Niza en su etapa incial, en la que a parte de comerte unos puertos del copón, hacía calor infernal en la carrera y se hacían 10 kms más en bici.
A ello sumar la debacle del equipo que pasaba de ser campeón de España a ni aparecer en la clasificación élite.

Desde aquí pedir perdón al mis compañeros de equipo que no finalizaron la prueba y que no fueron tratados de los mejores modos tras aquel momento. Sabía que a ninguno le había pasado nada grave que les hubiese dejado fuera sin ninguna opción, pero uno no puede creer que todos reaccionan igual ante los acontecimientos ni todos pueden valorar las cosas con el mismo rasero.
Todos hemos aprendido, creo, bastante tras el batacazo

1 comentario:

  1. MUCHOS ANIMOS A TODO EL EQUIPO, UN DIA MALO LO TIENE CUALQUIERA, SOLO HAY QUE SACAR LO POSITIVO Y MIRAR HACIA ADELANTE.
    UN ABRAZO.
    JORGE ALEMAN (MURCIA)

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