El domingo corrí en Mataró. Era un día clave para hacerme comprender a mi mismo en qué punto estoy. Y ese punto se acerca más al de las recomendaciones externas de entrenador, podólogo, traumatólogo, familiares... que al de mi corazón, no al que late, sinó al que guía mis sentimientos.
Quise y no pude. Sabía que era casi imposible poder correr a 3'55'' toda la media, pero tenía que intentarlo. Los dos días previos no fueron oportunos para el reto, pues viernes me casqué 18 a pie y 4000 en piscina (record de la pretemporada), y el sábado 95 en bici dándolo todo en las costas.
Foto hurtada en http://www.miquelmorales.es...
El pie tampoco me trasmitía muy buen feeling. Pero ya estaba allí y entre aquella multitud, quise meterme en el papel de tantas otras veces en las que llegaba bien preparado. El primer contratiempo fue el pulsómetro. Llevaba meses sin usarlo y fue darle al crono y quedarse sin fuerzas, como su amo. Afortunadamente me fijé en la hora que era al dar la salida y cuando me salí de la pantalla de trabajo se recuperó la hora. No podía controlar con toda exactitud el ritmo, pero me bastaba. Yo iba fuerte, casi al límite que mi cuerpo permitía conocedor de lo que se avecinaba. Son años de experiencia para conocerme bien.
Cuando pude hacer las restas mentales fiables para saber ritmos, superaba el km 6, y consiguía rodar algo por debajo de 3'55''. La bajada ayudó, obviamente. Pero en ese momento (km 6), supe que era imposible aguantar así toda la carrera.
Ya no hablo de las molestias y en cierto modo dolores en la planta del pie. Mis piernas no admitían ese ritmo como asumible. No dejaba de pensar en la supuesta responsabilidad de ser liebre en la maratón a 2h45. Tendría que mantener esa velocidad 36 kms más... Desolador.
Como en una obra, al tejado se llega ladrillo a ladrillo, y mi pequeño muro en Mataró lo autofijé en el ecuador de la carrera. Tenía que llegar al km 10, y a poder ser al 11, al ritmo marcado. Para ello tuve que apretar los dientes de verdad, pasando por 38'55'' (10 segundos de cojín por el descenso del principio). En el km 11 solté amarras... Estaba trinchado e íbamos a contraviento.
Perdí a propósito mi grupeta y empecé a calcular el tiempo que me salía si pasaba a ritmo de 4'30''. Mientras pensaba (cuesta en ese momento), pasé el 12 con parcial de 4'20''. Me pasaban corredores, entre ellos Jaume Font, vecino, compañero de equipo y compañero en bomberos. Le deseé suerte. Entonces me pasó el grupito de la cuarta chica y primera local, que iba con dos 'guardaespaldas' y algunas rémoras oportunistas. Pensé en que sería más llevadero ponerme a rebufo y así lo hice.
Desconexión mental (método patentado 'pormigo mismo' en los momentos difíciles de una carrera), y los quilómetros iban pasando. Rondábamos los 4' - 4'10'' según tramo. Parecía haber encontrado mi ritmo despues de la crisis. Incluso me apeteció saltar del grupo a la caza de la tercera chica, escoltada por un ciclista, adelantando a mi compinche Jaume.
Fue un espejismo. En breve supe que había sido algo temerario y tuve que volver a soltar pedal. Ya se acercaba la subida final y volví a ser superado por gente, entre ellos Jaume, con el que parecía haber un pique interesante.
En la rampa me costaba horrores. Perdí la noción del tiempo, pero sabía que rondaba la hora 25. Apreté los dientes en un tramo final más suave viendo a Jaume suficientemente cerca como para confiar en el cojín del tiempo de chip al haber salido yo algo retrasado. Y así fue, en el pique que siempre acabamos encontrando en carreras como esta, un miserable segundo de margen me dieron la insuficiente alegría de haber ganado el pulso a mi amigo Jaume, pero el tiempo final de 1h 25mi 15 seg, pese a no ser malo (4'03''/km), es desesperanzador de cara a mis objetivos en marzo, y más sumándole mis dolores pedestres.
Como dato: en el año 2000, año en el que corrí la maratón de Barcelona (saliendo precisamente desde Mataró), hice mi mejor marca en media con 1h 15min... es decir, diez minutos menos que el domingo.
Hoy miércoles tengo todavía las piernas tocadas y me duele el pie. He salido con Richard a rodar con la cabra 75 kms y las molestias neuronales eran evidentes. Mañana podólogo+Fisio. Pasta y más pasta en pos del milagro. A ver si se cumple...
El viernes marcho a sudamérica. No se que será de mi preparación física. Intentaré nadar con un equipo de natación bonaerense que ya conozco y entrenar con el superclase Ironman-pro Martin Sturla (que por cierto ganaba este domingo el Avia Half IM Punta del Este) . Estoy invitado a casa de su novia en la olímpica Río de Janeiro. Será cuestión de pegarme unos largos en Copacabana. Ya os contaré!
Perdonad el rollo de hoy...
22a Mostra d'Entitats
Hace 6 horas
La Clave:
ResponderEliminarDesconexion total. Da para mucho. He leido algo similar del gran Dave Scott cuando le venian inputs negativos. El le llama no pensar en nada.
Buen viaje y no te pases con los asados
Saludos
yo creo que aún hay mucho tiempo para la maratón, es demasiado pronto para sacar conclusiones de nada, con unos éntrenos serios como son los tuyos estarás otra vez en forma para el reto , ánimo!!!!
ResponderEliminarNo aprendes nunca.. un zorro viejo tendría que saberlo! no se trata de que ahora puedas correr al ritmo de prueba deseado.
ResponderEliminarse trata que el dia D a la hora H puedas hacerlo...el entreno es un proceso de menos a mas...una casita que hay que construir desde abajo...
como dices haz mas caso a entrenador, compañeros etc... y no te pegues calentones inncesarios...
apa trae una postal
JULIO
Eeeeeii Victor no sabia que tenies Blog... :-)
ResponderEliminarEscolta que encara falta molt pel Març... jo també m'he resentit de l'aquiles però em moro de ganes d'estar el 15 de Maig a la platja de l'Ampolla demanan-te consell pel meu primer IC... :-)
Ànims